Sé que mirando y mirando
se desató mi ceguera,
sus noches seguí buscando
y llené días de espera.
se desató mi ceguera,
sus noches seguí buscando
y llené días de espera.
Nunca de tanto entregado
te has de arrepentir,
me aconsejó mi cuñado
atento le escuché seguir.
te has de arrepentir,
me aconsejó mi cuñado
atento le escuché seguir.
Que si a la mujer amada
te entregaste en un suspiro,
no te arrepientas de nada
sólo acepta su retiro.
te entregaste en un suspiro,
no te arrepientas de nada
sólo acepta su retiro.
Y quédate con lo bueno
que ya vendrá tu hada alada,
como silencioso trueno
o como estrella salada.
que ya vendrá tu hada alada,
como silencioso trueno
o como estrella salada.
Aunque no haya aparecido
con tantos buenos amigos,
la mandaré hacia el olvido
y que sea feliz consigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario