Las nubes eran ovejas
y el Sol un pastor feliz,
con las estrellas pendejas
jamás pensó tener un desliz.
Le mintieron a su Luna
hasta copiaron su color,
noche tras noche esa tuna
transformó música en dolor.
Desde entonces El Astro Rey
solo, arriba ha reinado,
prefiere seguir esta ley
a vivir mal acompañado.